Espacios curvos y miradas múltiples: el cubismo y la matemática no euclidiana.

Mgtr. Antonio F. García Zamora. 

En los primeros años del siglo XX, la ciencia y el arte comenzaron a hablar un lenguaje nuevo: un lenguaje de rupturas, fragmentos y dimensiones ocultas. Mientras los matemáticos desafiaban las reglas clásicas del espacio, los artistas hacían lo propio con la perspectiva. El cubismo, encabezado por Pablo Picasso y Georges Braque, se convirtió en una exploración visual que resonaba con las ideas de la geometría no euclidiana. Pero, ¿Cómo se cruzaron estos caminos?

Adiós a la perspectiva clásica...

Durante siglos, los artistas utilizaron la perspectiva lineal renacentista, basada en la geometría de Euclides. Un punto de fuga, líneas paralelas que convergen, y una ilusión perfecta de profundidad.

El cubismo rompió con esa convención. En lugar de representar un objeto desde un solo punto de vista, Picasso y Braque lo mostraban desde varios ángulos al mismo tiempo.


"Les Demoiselles d’Avignon" (1907) – Pablo Picasso

Cinco figuras femeninas fragmentadas en planos agudos. Algunas rostros recuerdan máscaras africanas, otras parecen talladas geométricamente. Es la puerta de entrada al cubismo.

“El cubismo desmanteló la ilusión de la unidad de tiempo y lugar, ofreciendo en su lugar una simultaneidad de perspectivas” (Henderson, 1983, p. 205).


 La geometría no euclidiana: otra manera de ver el espacio.

En el siglo XIX, matemáticos como Lobachevsky y Riemann cuestionaron el quinto postulado de Euclides. Así nació la geometría no euclidiana, donde el espacio puede ser curvo y las reglas del paralelismo cambian. Estas ideas serían claves para Einstein al formular la teoría de la relatividad… y también inspirarían, de forma indirecta, a los artistas del cubismo.

"Modelo de superficie hiperbólica"

Una figura matemática con curvas que ilustran un espacio no euclidiano. Ideal para mostrar cómo se ve el “espacio curvado” que influenció el pensamiento moderno.


La cuarta dimensión: una obsesión cultural.

A comienzos del siglo XX, hablar de una cuarta dimensión era casi moda. Artistas, escritores y científicos especulaban sobre un espacio más allá de lo visible. Algunos artistas cubistas como Juan Gris y Georges Braque querían representar esa cuarta dimensión en pintura.


"Retrato de Picasso" (1912) – Juan Gris

Un retrato hecho de planos transparentes que se intersecan. El rostro de Picasso se descompone en múltiples ángulos, como si fuera observado desde un espacio superior.

“El arte debe desarrollar una nueva estética que tenga en cuenta no sólo el espacio, sino también el tiempo, una cuarta dimensión que se manifiesta en la simultaneidad de puntos de vista” (Apollinaire, 1913, p. 45).


 Cubismo y relatividad: mundos que se tocan.

Mientras Einstein mostraba que el espacio y el tiempo eran relativos, el cubismo decía lo mismo con formas. No hay un solo ángulo verdadero; todo depende del observador.


"Violín y candelabro" (1910) – Georges Braque

 El violín y el candelabro se fragmentan en cubos y planos superpuestos. Nada tiene contornos definidos, todo fluctúa entre visibilidad y ocultamiento.

“El cubismo y la relatividad comparten un ethos común: ambos muestran que la experiencia depende del observador” (Miller, 2001, p. 132).


 ¿Picasso leía geometría? No, pero...

Picasso no estudió matemática, ni leyó a Riemann. Pero vivía rodeado de intelectuales. Un personaje clave fue Maurice Princet, apodado “el matemático del cubismo”, quien compartía ideas de geometría y cuarta dimensión en los cafés parisinos.

Dato curioso: Princet introdujo al círculo de Picasso al libro Science and Hypothesis de Poincaré, donde se discutían ideas sobre el espacio curvo.


Pintar el espacio que aún no existe...

El cubismo no ilustró ecuaciones, pero tradujo en pintura una nueva forma de pensar el mundo. Como la geometría no euclidiana, el cubismo propuso que la realidad no es única ni fija: es fragmentada, múltiple y relativa. Picasso abrió un umbral visual hacia un espacio que los matemáticos apenas empezaban a imaginar.


Referencias:

Apollinaire, G. (1913). Les peintres cubistes: Méditations esthétiques. Paris: Eugène Figuière.

Henderson, L. D. (1983). The Fourth Dimension and Non-Euclidean Geometry in Modern Art. Princeton University Press.

Miller, A. I. (2001). Einstein, Picasso: Space, Time and the Beauty That Causes Havoc. Basic Books.

Poincaré, H. (1905). Science and Hypothesis (W. J. Greenstreet, Trans.). Walter Scott Publishing Co.

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